De la lógica independentista de Artur Mas y de la repostería fina

En este tiempo de estafadores en general que nos ha tocado vivir a los españoles, estaba el otro dia pensando como ganarme su estafa de cada dia con el sudor de mi frente, y caí por aquella pendiente mental en el problema de la independencia de Cataluña que lidera Artur Mas.

Y me pregunté: que lógica existencial tiene tal objetivo? Qué razones? Qué motivos? Porque Mas no alega en su cabalgada hacia la nada política razones de peso histórico. Yo no le escuchado ninguna referencia a Cambó, ni a Pi i Margall, ni tan siquiera a Prat de la Riba en ninguno de sus discursos patrióticos e independentistas. Tampoco ha hecho ninguna referencia a Vifredo el Velloso, ni a Jaime I el Conquistador y mucho menos a los famosos Almogávares, que eran unos asesinos de cuidado a las órdenes del Rey de Aragón y Cataluña, que te pasaban a cuchillo por menos de lo que "desperta un ferro" y antes de que el gallo cantara por tres veces, por lo que existen estudios muy serios y científicos que intentan determinar si Judas era almogávar o "zelote" en orden a conocer las causas últimas de aquella famosa traición que hizo, de cuyo nombre no quiero acordarme, y que por eso, no recuerdo, ya que además sucedió hace mucho tiempo y mi memoria no da para tanto, y mi poca fé aún menos.

Tras descartar la opción histórica, me puse a reflexionar sobre la alternativa deportiva. Será por el Barsa?, me pregunté. Pues eso tampoco puede ser, ya que Mas ha manifestado claramente por boca de Rosell, Laporta y unos cuantos más funcionarios de su Ministerio de Asuntos Deportivos y Exteriores en la sombra, que si Cataluña se separa de España los culés -que entonces serán los únicos catalanes con derecho a ser llamados así propiamente (cómo serán llamados los que sean del Español o del Madrid en una Cataluña independiente, es cosa que aún no se sabe, aunque se teme)- pretenden seguir jugando en la Liga española de Fútbol, y lo mismo en todos los demás deportes, cuyas federaciones controlan, sobrada y hegemónicamente, desde hace un porrón de años.

Así que esta segunda via de razonamiento independentista también la descarté, y en estas que me entró hambre y me fuí a la nevera a ver que habría dejado mi mujer para matarlo (no a Mas, al hambre), y descubrí un pastel (o tarta) de fresas con chocolate, que había preparado mi señora para celebrar alguna cosa importante que, como siempre, he olvidado, y me di cuenta como del rayo de la lógica independentista que anima a Mas y a sus muchachos políticamente: el se cree que el pastel de mi nevera es suyo porque se cree que lo ha pagado él y se lo quiere comer el solito y dejarme a mí las migajas y determinar también cuantas migajas me deja para que me las coma yo solito con mi mujer y mis hijos.

Claro, como comprenderéis, esta revelación de la lógica independentista de Mas me dejó algo sorprendido, bastante preocupado y muy cabreado. Porque, que yo sepa, el pastel lo he pagado yo con mi sueldo, descontados los impuestos, y lo ha cocinado mi mujer. Y la nevera también es mía, que me la compró mi señora, tras ahorrarnos lo nuestro a brazo partido, en aquellos tiempos en los que aún se podía ahorrar sin que te estafaran con preferentes una pandilla de delincuentes, también llamados entidades bancarias o, simplemente, La Caixa.

Descubierto lo cual, seguí indagando racionalmente en mi descubrimiento de las razones que mueven a Mas hacia la independencia y concluí que la razón es puramente de lógica defraudatoria. Es decir, es la misma razón que alegan todos los ricos que se benefician del sistema por la razón que fuere para no pagar los impuestos, mientras mantienen con toda la cara dura que ellos pagan impuestos: esto es, que quieren pagar impuestos, pero hasta un cierto límite, que es el que ellos se determinan para sí mismos y contra todos los demás. Y si no, se hacen belgas, o rusos, o catalanes y, en el futuro, si hace falta, lunáticos. Porque se creen que el pastel es suyo y las migajas son nuestras. Y por eso Mas se quiere independizar suizo, que es un chocolate con nata que está de puta madre, en el que el chocolate es Cataluña y la nata la independencia. Y a los españoles que nos den por el churro con café con leche, que es lo que, según el rico Mas, nos "pertoca".

Lo veis? Defraudación pura. O sea, repostería fina.