El fracaso es la antesala del éxito

Hace unos meses, en julio pasado y en unas jornadas empresariales para nuevos o viejos, qué más dá, jóvenes empresarios que se celebró en el Pirineo catalán, la Princesa de Asturias lanzó esta frase al auditorio que me ha dejó perplejo y un poco turulato, lo confieso.

El fracaso es la antesala del éxito, dijo. Es eso cierto? Lo ha dicho de verdad o les estaba vacilando? Se trata de un pensamiento-fuerza o es una simple parida?

Por si acaso, he decidido invitar a comer al pobre que pide limosna a la puerta de mi trabajo, que no tiene ini idea del éxito inminente que le espera, con el fin de hacerme amigo suyo para que me tenga en cuenta ahora que va a convertirse en un tipo exitoso y afortunado, aunque el desconozca el venturoso porvenir que le espera, porque no tuvo la oportunidad de asisitir a las jornadas para jóvenes o viejos empresarios fracasados que están en la antesala del éxito.

Además he llamado a mi cuñado, que desde que se arruinó con la crisis está con una depre que te cagas, para darle ánimos y felicitarle de corazón por el clamoroso éxito que le espera, y que, aunque el no se lo espera, le va a llegar, porque está ya en la antesala y porque lo ha dicho Doña Leticia, que se vé que de esto sabe mucho.

Y después he escrito una carta para que me la publique el diario el Pais, felicitando a todos los fracasados de todas las clases y maneras posibles e imposibles por el futuro éxito que van a tener, aunque ellos no lo sepan ni tan siquiera se lo crean, porque es así y porque lo ha dicho la Princesa Leticia, que ya están en la antesala de esa sensación indescriptible e inenarrable que se llama éxito, sobretodo cuando toda tu vida no has sido más que un tipo de lo más vulgar y anodino, es decir, cuando no has sido nunca otra cosa que un fracasado de mierda.

Ya me estoy imaginando la alegría inenarrable de esa panda de fracasados cuando empiecen a tener éxito y comiencen a comprarse casas, yates, vacaciones en Ibiza y en Pernambuco, esos ligues que van a echarse con mujeres y hombres despampanantes, esos Cartiers colgando de sus munecas, esas Visas de oro, esos viajes a Matadepera en el AVE, aunque de momento no tengan ni para pagarse el alquiler o vivan debajo de un puente. Eso es relativo, es más, no tiene importancia alguna frente el éxito que ya está llamando a su puerta, aunque algunos no lo oigan porque son duros de oido; porque si no se darían cuenta de que el éxito ya está llamando al timbre, y no el fracaso que en sus vidas hace ya largo tiempo que está instalado, cómodamente sentado, en el sillón que está delante de la puerta de sus dormitorios en los que sueñan sus pesadillas. Y ese timbre liberador que suena es el éxito que llama, porque ya llega. Que lo ha dicho la Princesa, y por lo tanto no puede ser que se trate del cobrador de la luz o del casero o del director de tu banco que viene cabreado a cobrarte la hipoteca que no pagas y encima a quedarse con tu casa, como venía sucediendo habitualmente.

Y es que los fracasados, además de fracasados, es que son gilipollas, porque no son conscientes del éxito que les espera y que está en la antesala, ahí mismo como quien dice, de sus vidas. Y si son desgraciados es simplemente porque no han asistido a la conferencia de la Princesa en el pirineo catalán o por ahí, que si lo hubieran hecho se habrían enterado de lo injusto de sus quejas y lo infundado de sus depresiones, porque, según la Princesa Leticia gozan de una posición existencial envidiable. No como yo, que como estoy forrado, me van las cosas de puta madre y tengo un éxito que da asco, y a muchos hasta envidia, me hallo en una situación desesperada ante el irremediable fracaso que se me viene encima. Ya estoy oyendo sus pasos en la antesala de mi éxito, que lo ha dicho nuestra princesa.

Y es que se ve que si no fracasas en la vida...no eres nadie.