Hagamos la guerra y no el amor.

Desde que Zapatero dijo aquello de que "tenía un ansia infinita de paz" nos hemos arruinado completamente. Esto hay que constatarlo, entre otras cosas, porque no tenemos un euro ni en los bancos ni en la caja, aunque vuelen millones de euros constantemente por nuestra imaginación. Y es que lo que dijo Zapatero, y luego hizo, tiene mucha más miga de lo que parece. Yo he observado la situación y el devenir de los hechos, y he concluído, tras muchas cavilaciones, que esto de hacer la paz, o sea, el amor, y no la guerra, no resulta rentable. Es más, se podría decir que resulta hasta ruinoso.

Y es que me he dado cuenta de que, lo mires por donde lo mires, aquí los únicos países que están forrados son los que hacen la guerra y no el amor. Y los que hacen el amor a todas horas, como quería Zapatero, están en la puta ruina. Y la culpa es que estos últimos "paises afectivos" no hacen cañones, ni bombas bucleares, ni aviones para que las tiren por ahí, ni submarinos atómicos, ni tanques, ni fusiles de asalto que vender a nadie para que haga su revolución de primavera, de verano, o de otoño-invierno, en cualquier parte del mundo. Si no estás en el negocio de la guerra, no eres nadie en el mundo, y menos aún en el mundo de la moda de la guerra pret a porter, que es el único mundo que existe que no está en crisis.

Por eso entiendo que, o entramos en el fregao este de la guerra, o nos moriremos de hambre, como les ocurre a todos los países que no concurrieron al último desfile de primavera-verano de cañones y bombas, donde EEUU, China, Rusia, Alemania, Inglaterra, Holanda, Suecia y Francia principalmente, presentaron sus últimas colecciones de armas de destrucción masiva y selectiva con gran éxito de público y de ventas, como de costumbre y porque así ha sucedido siempre.

Así que yo propongo a nuestro Gobierno y a los españoles, que hagamos como ellos y nos pongamos a fabricar armas para hacer la guerra y desarrollemos una industria armamentística superproductiva y superrentable, como hacen los países que no tienen crisis gracias a los pingües beneficios industriales que obtienen con sus industrias guerreras de guerra, que siempre hacen los otros para que ellos puedan vivir en paz. Y propongo por eso, que nos dediquemos como locos a producir tirachinas, ondas, arcos y flechas (con o sin ventosa incorporada) y demás artefactos violentos y peligrosos, y los vendamos a todo tipo de naciones en crisis, grupos guerrilleros, terroristas y dictadores de derechas o de izquierdas (qué más da), para que puedan hacer el amor después de hacer la guerra con las armas que les vendamos. Con los rendimientos de tales industrias saldremos de la crisis en un periquete para no volver a entrar más en ella, como les sucede a todos los que se dedican a este negocio de toda la vida, y que ya he nombrado antes.

Yo mismo esta mañana mientras desayunábamos se lo he dicho a mi mujer: "prepárate, cariño, porque ha partir de hoy se ha acabado la calma chicha y la paz televisiva, que hemos de salir de la crisis. He decidido armarme bien y hacerte la guerra todos los días." No sé lo que habrá entendido ante mi declaración de guerra, que me ha mirado de una manera como hacía tiempo que no me miraba desde que estamos en paz, y me ha dicho que se iba a la peluquería y al wellness y que luego iría a hacer unas compras al Intimissimi. Vosotros creéis que en esos sitios se venden armas para hacer la guerra y salir de la crisis?