De Artur Mas y la música

Las declaraciones de Mas, por si quedaba alguna duda, son una sinfonía nazi. Tienen la misma música que las corales del famoso compositor Adolfo Hitler, de funesto recuerdo para la mayoría de los me(ga)lómanos de todo el mundo. Porque no es lo mismo decir "no nos pararán ni los tribunales ni las constituciones", que decirlo añadiéndole una pequeña nota musical, que tiene su importancia, y que le falta en su partitura: "democráticos". Y ahí se le ve el talante a Adolfo Mas a la hora de componer su música, y se nota que, el nota, no tiene ni idea de solfeo. Por eso pide, en nombre de no se sabe qué democracia polifónica, el partido único, que llevará a los catalanes a la dictadura popular en nombre de la democracia nacional y musical. Exactamente tal y como sucedió con la música de aquél otro Adolfo, al que antes me refería, y que tenía bigotito, y al que tanto le gustaba Wagner y nada Mahler, que es una cosa que a cualquier aficionado a la música le resulta difícil de comprender, salvo porque el segundo llevaba una estrella de David colgada en su pecho.

Esa música, como decía, es muy peligrosa, porque divide inmediatamente el aforo del teatro en partidarios de la partitura y los que no lo son Y suele suceder que los partidarios de la música acaban exigiendo a los que no lo son que se vayan del teatro bajo múltiples amenazas; amenazándolos incluso con toda clase de castigos políticos, económicos y sociales y alegando que se los merecen por no tener la necesaria sensibilidad musical para entender y degustar la música que se toca en el único concierto posible en ese teatro, que inmediatamente después adquiere el nombre de Teatro Nazional. Por eso, lo mejor sería que al director Adolfo Mas le quitaran la batuta lo antes posible y no le permitiesen dirigir nunca más la orquesta del teatro. Por el bien de la música y de los melómanos democráticos de toda España.