Aguirre defiende a Sanchez Drago. Que os parece?
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El Mito :: Miscelánea :: Tema Libre
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Aguirre defiende a Sanchez Drago. Que os parece?
Me parece gravisimo y nauseabundo que este pederasta, por mucho que su delito haya prescrito, se jacte de ello y hable con ese desprecio de las dos menores y encima sea apoyado por la presidenta de la Comunidad de Madrid. Es que no doy credito a las declaraciones de Esperanza Aguirre. No se si habla asi por ignorancia, que no sepa que no es una licencia literaria sino un hecho real, o simplemente porque para ella este pederasta merece su respesto y apoyo porque es colega y literato y eso le eleva por encima del bien y del mal, ya no digo de la propia ley porque el delito ha prescrito.
Sanchez Drago para mi deberia ser despedido sin dilacion de su empleo en telemadrid, television publica que pagamos todos los madrileños y en la que no deberia tener cabida semejantes personajes por no llamarle otra cosa.
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Sanchez Drago para mi deberia ser despedido sin dilacion de su empleo en telemadrid, television publica que pagamos todos los madrileños y en la que no deberia tener cabida semejantes personajes por no llamarle otra cosa.
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andaluxi- 1 Champions
- Mensajes : 27109
Fecha de inscripción : 14/02/2010
Re: Aguirre defiende a Sanchez Drago. Que os parece?
Partiendo de la base de que de Telemadrid deberían ser despedidos el 100% de los que presentan, dirigen y orquestan la cadena por su absoluta falta de rigor estoy de acuerdo contigo, este sujeto tendría que estar no ya en la calle sino camino de la cárcel. Probablemente Aguirre no sepa de qué va la gaita porque de otro modo está cometiendo un error garrafal que será usado por la oposición sin ninguna duda así que no descarto una rectificación o aclaración posterior.
Y por cierto, por si alguien viene con la cantinela de siempre, estoy en contra de todas las televisiones autonómicas, son un gasto superfluo y siempre están al servicio del poder. A la hoguera con ellas con Telemadrid a la cabeza.
Y por cierto, por si alguien viene con la cantinela de siempre, estoy en contra de todas las televisiones autonómicas, son un gasto superfluo y siempre están al servicio del poder. A la hoguera con ellas con Telemadrid a la cabeza.
Invitado- Invitado
Re: Aguirre defiende a Sanchez Drago. Que os parece?
Los argumentos que da para "defender" su postura son igual o mas asquerosos que el mismo Sanchez Drago.
Si al Psoe tan venido a menos, se le enciende la luz podria sacar tajada de esta metida de patas, cuerpos y pelos.
Si al Psoe tan venido a menos, se le enciende la luz podria sacar tajada de esta metida de patas, cuerpos y pelos.
AzT- 1 Champions
- Mensajes : 73116
Fecha de inscripción : 10/02/2010
Re: Aguirre defiende a Sanchez Drago. Que os parece?
Pero en la entrevista boadella drago, por cierto gran libro, no habla de violacion, dice que fue violado. Y lo grave es que se dejara follar si eran 13 añeras. Yo no me llevo nunca las manos a la cabeza con drago, siempre ha sido asi, no se de que os extrañais. Polanski fue procesado por violar a una menor, habria que escuchar a las chicas lo que hay de verdad en la historia. Que si es inventada es que encima es tonro porque va a tener problemas donde vaya. Ah y por dios que ayer ya escuche a un grandisimo h d p en rac1 comparando la pasion de drago por las lolitas con su aficion taurina. Tiene huevos, aun seremos los culpables del holocausto , igual adolfo era taurino.
pantuflo- Moderador
- Mensajes : 34984
Fecha de inscripción : 14/02/2010
Localización : barcelona
Re: Aguirre defiende a Sanchez Drago. Que os parece?
Gran articulo sobre la doble moral, tambien en la izquierda.
De la doble moral y de la burla
Le llaman humor, es escarnio; le llaman desenfado, es burla; le llaman crítica, es acoso
23 votos 20 comentarios
ANTONI PUIGVERD | 01/11/2010 | Actualizada a las 03:31h | Ciudadanos
Fíjense no en la anécdota, sino en el estilo de Sánchez Dragó: "En Tokio, un día, me topé con unas lolitas, pero no eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda... Tendrían unos trece años. Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba". La presidenta Aguirre lo considera un ejercicio de prosa poética: "La literatura está llena de actos reprobables (…) pero la literatura es eso: literatura". El autor ya ha rectificado su narración, seguramente presionado por la opinión pública, pero sin apercibirse de que no es el hecho, sino el estilo, lo que más le retrata. Es la descripción de las chicas ("las muy putas") lo más hiriente de su relato.
Pasemos ahora a los medios que más le han afeado el gesto. Son los mismos que acostumbran a describir como literarias confesiones de pederastia de otros escritores más famosos. Las escenas de compra de sexo infantil relatadas por Gil de Biedma en Retrato del artista en 1956,por ejemplo. En el caso de Dragó, la izquierda no acepta la literatura como coartada. La ministra González Sinde sostiene: "Las obligaciones de un escritor no son distintas de las de cualquier otro miembro de la sociedad". Los mismos medios que idolatran las películas de Almodóvar, en una de las cuales se hace apología de la pederastia, se rasgan diariamente las vestiduras ante los casos de paidofilia de clérigos católicos denunciados en los últimos años. Y gracias a su relato sesgado y constante se ha formado en España una corriente política y cultural que, aprovechada por un teniente de alcalde de Barcelona, ha llegado a considerar indigna para la ciudad la visita Joseph Ratzinger (precisamente el pontífice que con mayor empeño ha combatido la pederastia que afecta a una minoría de sacerdotes).
Curiosa doble moral. Se rasgan las vestiduras sólo cuando el pederasta pertenece a las filas del enemigo (no exagero usando el concepto enemigo: el viejo jurista alemán Carl Schmitt parece haber seducido por igual a la derecha y la izquierda contemporáneas, pues su estrategia "amigo-enemigo" abraza ya todos los frentes mediáticos y culturales). La corriente izquierdista, que tan activamente ha zurrado a Sánchez Dragó y que no considera necesario rectificar las informaciones sesgadas sobre el papel de Ratzinger en la lucha contra la pederastia, se ha mostrado en múltiples ocasiones indiferente y concesiva con las manifestaciones o las prácticas paidófilas de conspicuos miembros de la cultura autodenominada progresista.
Recordaba el otro miércoles Ferran Sàez Mateu en nuestro suplemento Culturas diversos ejemplos de apología de la pederastia que no han causado ni escándalo ni revuelo. En el primer disco de la Orquesta Mondragón, por ejemplo, Javier Gurruchaga, showman oficial de TVE en los años de Felipe González, españolizó un clásico del jazz, Satin doll,injertándole una letra de Eduardo Haro Ibars (celebrado y trágico poeta de la movida madrileña), que dice así: "El hombre de los caramelos (…) a la puerta del colegio / espera para hacerte feliz. / Y si deseas con él disfrutar / no te debes, niño, asustar. / Él tiene siempre lo que te hará gozar". La doble moral que acusa de horrible pederasta al enemigo ideológico, pero eleva por la misma razón al amigo a la categoría de artista o transgresor, demuestra dos cosas. Primera, que la seguridad de niños importa un bledo. Segunda: que las trincheras de hoy son, por fortuna, menos belicosas que las de antaño, pero tienen la misma miserable profundidad.
Desde las trincheras de hoy muchos creen disparar humor. Durante años, en el mundo de la cultura catalana y española, la frontera del humor estaba clara. Existía, por un lado, un humor barato y cruel, que se fundaba en la denigración de los defectos de las personas. Reírse de los maricones, de las mujeres o de los gitanos no era humor, era burla. El humor, se decía, es otra cosa: un guiño de la inteligencia, un brillo del ingenio, una forma de liberación. El otro día en un programa de Catalunya Ràdio, hablando de la visita papal, dedicaron largos minutos a burlarse de la liturgia y los cánticos católicos. Fue un ejercicio de libertad de expresión que, por inviolable, la audiencia católica tuvo que tragarse con patatas. Pero también un ejercicio de bullying,de acoso a una minoría desde el confortable poder que concede un medio público.
Como unos niños crueles que, envalentonados por la fuerza del grupo, atacan al feo, al gordo, al diferente de la clase, así aquel grupo de periodistas, envalentonados por el incontestable poder del medio público que les concede el micrófono, se burlaron de los católicos. Ciertamente: la calidad de la democracia se mide por su capacidad de integrar el insulto. Pero también de respetar a las minorías. Los medios públicos catalanes, tan sensibles a los excesos de las televisiones y radios de otras partes de España, son incapaces de mirarse en el espejo de sus minorías. No las respetan. Es lo que hay. No habría que darle más vueltas, si no fuera por el concepto con que aquellos periodistas tan valientes disfrazaron su proeza. Le llaman humor, pero era escarnio. Le llaman desenfado, pero era burla. Creían divertir y se divertían: acosando.
De la doble moral y de la burla
Le llaman humor, es escarnio; le llaman desenfado, es burla; le llaman crítica, es acoso
23 votos 20 comentarios
ANTONI PUIGVERD | 01/11/2010 | Actualizada a las 03:31h | Ciudadanos
Fíjense no en la anécdota, sino en el estilo de Sánchez Dragó: "En Tokio, un día, me topé con unas lolitas, pero no eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda... Tendrían unos trece años. Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba". La presidenta Aguirre lo considera un ejercicio de prosa poética: "La literatura está llena de actos reprobables (…) pero la literatura es eso: literatura". El autor ya ha rectificado su narración, seguramente presionado por la opinión pública, pero sin apercibirse de que no es el hecho, sino el estilo, lo que más le retrata. Es la descripción de las chicas ("las muy putas") lo más hiriente de su relato.
Pasemos ahora a los medios que más le han afeado el gesto. Son los mismos que acostumbran a describir como literarias confesiones de pederastia de otros escritores más famosos. Las escenas de compra de sexo infantil relatadas por Gil de Biedma en Retrato del artista en 1956,por ejemplo. En el caso de Dragó, la izquierda no acepta la literatura como coartada. La ministra González Sinde sostiene: "Las obligaciones de un escritor no son distintas de las de cualquier otro miembro de la sociedad". Los mismos medios que idolatran las películas de Almodóvar, en una de las cuales se hace apología de la pederastia, se rasgan diariamente las vestiduras ante los casos de paidofilia de clérigos católicos denunciados en los últimos años. Y gracias a su relato sesgado y constante se ha formado en España una corriente política y cultural que, aprovechada por un teniente de alcalde de Barcelona, ha llegado a considerar indigna para la ciudad la visita Joseph Ratzinger (precisamente el pontífice que con mayor empeño ha combatido la pederastia que afecta a una minoría de sacerdotes).
Curiosa doble moral. Se rasgan las vestiduras sólo cuando el pederasta pertenece a las filas del enemigo (no exagero usando el concepto enemigo: el viejo jurista alemán Carl Schmitt parece haber seducido por igual a la derecha y la izquierda contemporáneas, pues su estrategia "amigo-enemigo" abraza ya todos los frentes mediáticos y culturales). La corriente izquierdista, que tan activamente ha zurrado a Sánchez Dragó y que no considera necesario rectificar las informaciones sesgadas sobre el papel de Ratzinger en la lucha contra la pederastia, se ha mostrado en múltiples ocasiones indiferente y concesiva con las manifestaciones o las prácticas paidófilas de conspicuos miembros de la cultura autodenominada progresista.
Recordaba el otro miércoles Ferran Sàez Mateu en nuestro suplemento Culturas diversos ejemplos de apología de la pederastia que no han causado ni escándalo ni revuelo. En el primer disco de la Orquesta Mondragón, por ejemplo, Javier Gurruchaga, showman oficial de TVE en los años de Felipe González, españolizó un clásico del jazz, Satin doll,injertándole una letra de Eduardo Haro Ibars (celebrado y trágico poeta de la movida madrileña), que dice así: "El hombre de los caramelos (…) a la puerta del colegio / espera para hacerte feliz. / Y si deseas con él disfrutar / no te debes, niño, asustar. / Él tiene siempre lo que te hará gozar". La doble moral que acusa de horrible pederasta al enemigo ideológico, pero eleva por la misma razón al amigo a la categoría de artista o transgresor, demuestra dos cosas. Primera, que la seguridad de niños importa un bledo. Segunda: que las trincheras de hoy son, por fortuna, menos belicosas que las de antaño, pero tienen la misma miserable profundidad.
Desde las trincheras de hoy muchos creen disparar humor. Durante años, en el mundo de la cultura catalana y española, la frontera del humor estaba clara. Existía, por un lado, un humor barato y cruel, que se fundaba en la denigración de los defectos de las personas. Reírse de los maricones, de las mujeres o de los gitanos no era humor, era burla. El humor, se decía, es otra cosa: un guiño de la inteligencia, un brillo del ingenio, una forma de liberación. El otro día en un programa de Catalunya Ràdio, hablando de la visita papal, dedicaron largos minutos a burlarse de la liturgia y los cánticos católicos. Fue un ejercicio de libertad de expresión que, por inviolable, la audiencia católica tuvo que tragarse con patatas. Pero también un ejercicio de bullying,de acoso a una minoría desde el confortable poder que concede un medio público.
Como unos niños crueles que, envalentonados por la fuerza del grupo, atacan al feo, al gordo, al diferente de la clase, así aquel grupo de periodistas, envalentonados por el incontestable poder del medio público que les concede el micrófono, se burlaron de los católicos. Ciertamente: la calidad de la democracia se mide por su capacidad de integrar el insulto. Pero también de respetar a las minorías. Los medios públicos catalanes, tan sensibles a los excesos de las televisiones y radios de otras partes de España, son incapaces de mirarse en el espejo de sus minorías. No las respetan. Es lo que hay. No habría que darle más vueltas, si no fuera por el concepto con que aquellos periodistas tan valientes disfrazaron su proeza. Le llaman humor, pero era escarnio. Le llaman desenfado, pero era burla. Creían divertir y se divertían: acosando.
pantuflo- Moderador
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